El día martes 8 de junio, la Administración de Servicios Portuarios – Bolivia (ASP-B), comunicó que se volverá a aplicar la Resolución Ministerial N° 494/2005, de fecha 6 de septiembre 2005, que básicamente establece un incremento para todos los servicios portuarios en Puerto Arica. En el caso de los despachos directos, la tasa pasó de ser cero a un costo de $us 36 a 46, y en el caso de los despachos indirectos, el incremento fue de casi un 22%. Todo esto con el objetivo de aumentar la recaudación del Estado, en desmedro del consumidor. Sin duda, un retroceso en la eficiencia de la logística nacional.
En el sector marítimo mundial, las tarifas vuelven a escalar, y se estima que permanezcan altas por varios meses más. Actualmente, el costo está sujeto a la disponibilidad de contenedores. Nunca antes el contenedor había sido tan relevante. Lo curioso de esto, es que el 82% de la producción de contenedores en el mundo depende de 3 empresas estatales chinas.
Sumando a la ya complicada coyuntura marítima, en la región, la Asociación Peruana de Agentes Marítimos (APAM) alertó de los graves problemas de congestión portuaria que se está presentando en el Terminal Norte del Puerto del Callao derivado de una reducida dotación de estibadores, lo que origina que las naves tengan que esperar entre siete a diez días para ser atendidos. Esto repercute en contenedores en Callao en tránsito a Bolivia, afectando a muchos clientes con demoras en el arribo a Arica e Iquique.
En una nota positiva del sector marítimo, las navieras están evaluando insertar un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono, de al menos $us 150 por tonelada de CO2 emitida. El objetivo principal es que hasta el 2050, la industria naviera logre neutralizar sus emisiones. Ante el calentamiento global, el tema medioambiental es cada vez más relevante y las grandes empresas se están alineando hacia una reducción de las emisiones de CO2.
El flagelo del contrabando que crece en el río Bermejo por la falta de control y el desempleo
El presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Óscar Mario Justiniano, refirió que el contrabando provoca el cierre de unidades productivas y desempleo en el país. Hizo notar que se hace cada vez más insostenible para los productores competir con este flagelo porque los países vecinos tienen mayores rendimientos y monedas devaluadas. Insinúa un alto riesgo sanitario, arguyendo que todos los productos que ingresan sin cumplir los requisitos formales pueden introducir plagas y enfermedades.
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